Lejos de la austeridad y en medio de carencias económicas en varias áreas de estudio, la Universidad Nacional Autónoma de México (

UNAM

) mantiene 65

automóviles

, de diferentes modelos y marcas, al servicio de los directores de facultades, institutos y centros de investigación.



De acuerdo con el listado de vehículos, obtenido por

El Big Data

a partir de una solicitud de información pública, en muchos casos se trata de automóviles que superan el precio y la fastuosidad del Jetta blanco, modelo 2013, que utiliza el mismo presidente, Andrés Manuel López Obrador.


“¿Tenemos choferes? Pues sería muy difícil movernos a veces, no hubiera llegado…” responde el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue, al ser cuestionado sobre esta asignación de automóviles y choferes para cada uno de los responsables de sus escuelas.


¿Austeridad universitaria?


Cuando en diciembre pasado se supo que el

Proyecto de Presupuesto de Egresos 2019

se contemplaba la disminución de 6% a la dieta de la Universidad, las quejas comenzaron inmediatamente.



La

UNAM

respondió con un desplegado, fechado el 16 de diciembre, en el que lamentó el

recorte de propuesto

y aseguró que, de llevarse a cabo, se pondría en riesgo “el adecuado cumplimiento de sus tareas sustantivas de docencia, investigación y difusión de la cultura”.



Afirmó que, de respetarse el presupuesto del año anterior, se cumpliría el “deseo de la población de contar cada vez con una educación de mejor calidad” y apeló que el presidente cumpliera el compromiso que contrajo con los rectores de las universidades públicas de no recortarle sus recursos y, por el contrario, aumentarles el porcentaje de la inflación.


En su conferencia matutina, el presidente respondió: “No tengo conocimiento sobre el comunicado de la UNAM. Lo que sí puedo decir, en general, es que se va a hacer más con menos. ¿Por qué? Se acaba la corrupción, se acaba el derroche, va a rendir más el presupuesto”.


La máxima casa de estudios ganó y terminó recibiendo el mismo dinero que 2018; a cambio, el rector anunció un plan de austeridad para la

UNAM

que incluyó una reducción de 22 mil 350 pesos de su salario bruto, para quedar en 155 mil 368 pesos.



Las 19 disposiciones y políticas de ahorro que la

UNAM

incluyó en su

Programa de Racionalidad Presupuestal 2019

, no alcanzaron a tocar, sin embargo, el privilegio de los directores de facultades, centros de investigación e institutos para recibir un automóvil y chofer con cargo al erario.


Los de auto más nuevo


De los 65 directores a los que la

UNAM

les paga automóvil y chofer, el titular del

Instituto de Investigaciones en Materiales

(IIM), José Israel Betancourt Reyes, cuenta con un vehículo último modelo, un

Toyota, Corolla,

modelo 2019.





Otros tres funcionarios, el director de la

Facultad de Filosofía y Letras

, Jorge Enrique Linares Salgado, el del

Instituto de Fisiología Nuclear

, Félix Recillas Targa y el del I

nstituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas

, Héctor Benitez Pérez, usan un vehículo modelo 2018. Respectivamente, la

UNAM

les paga un Renault, Duster; una Honda HRV y un Mazda Cx-3.



Además de estos cuatro directores, otros 34 titulares de escuelas universitarias utilizan vehículos de un modelo superior al del modesto Jetta 2013, de López Obrador. Modelos 2017 utilizan, por ejemplo, el director del

Centro de Ciencias de la Atmósfera

(Toyota Prius); el del

Instituto de Biología

(Honda HRV) y el del

Instituto de Ingeniería

(Toyota Prius)



Autos del mismo año conducen también a los titulares del

Instituto de Ecología

(Toyota Prius); al del

Instituto de Energía Renovables

(Toyota Prius); el del

Instituto de Radioastronomía y Astrofísica

(Mazda 3i) y el de la

Facultad de Ciencias

(Nissan Versa).



Y mientras el célebre Jetta de López Obrador tiene un precio en el mercado entre los 140 y 160 mil pesos, la Renault Duster del titular de la

Facultad de Filosofía

, cuesta 262 mil pesos; la Honda HRV del director de

Fisiología Nuclear

tiene un precio en el mercado de entre 300 mil a 380 mil pesos y el Mazda Cx-3, del titular de

Matemáticas Aplicadas

, también oscila entre los 300 mil pesos.




Los austeros


No todos los directores de escuelas de la

UNAM

gustan del olor de un carro nuevo. Otros prefieren viajar en autos modestos. El más austero de todos, es el director del

Instituto de Ciencias Físicas de Cuernavaca

, Morelos, Jaime De Urquijo Carmona, que lleva un Nissan Sentra, modelo 2008, cuyo precio en el mercado va de los 80 a los 90 mil pesos.



Otros directores también cuentan con carros modelo 2008, aunque prefieren la comodidad de una camioneta, es el caso del director del

Instituto de Astronomía

, al que se le ha asignado Chrysler Voyager; el del

Instituto de Ciencias del Mar y Limnología,

que usa una Nissan X-Trail y el director de la

FES Iztacala

, que usa una Chevrolet Uplander.



En total se trata de 18 directores universitarios que usan un carro, pagado por la

UNAM

, de modelo inferior al que usa el presidente de la República. Otros nueve funcionarios, como los directores de Investigaciones Históricas, del Instituto de Geografía, de las facultades de Economía, Arquitectura, Artes y Diseño y Música, viajan en autos del mismo modelo, aunque de diferentes marcas, al que usa López Obrador.



 


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Prestación universitaria 


Las últimas reglas para la asignación y uso de vehículos para los directores de las escuelas e institutos de la

UNAM

se rigen a través de la Circular SADM/005/2018. Ahí se establece que tanto titulares de dependencias sustantivas como docencia, investigación y difusión de la cultura, así como de las dependencias de la Administración Central y directores generales, podrán hacer uso de un vehículo con un precio de hasta 332 mil 716 pesos (es decir hasta por 4 mil 128 Unidades de Medidas y Actualización UMA).



De acuerdo con la información entregada por la

UNAM

, los vehículos asignados a los directores tienen como finalidad “el cumplimiento de objetivos, funciones, desarrollo de proyectos y actividades”.



Las reglas contemplan que los vehículos sólo podrán usarse para “el desarrollo de las funciones y responsabilidades propias de la Institución, por lo que queda estrictamente prohibido emplearlos para cualquier otro uso distinto”.



Una unidad universitaria sólo puede ser dada de baja después de realizarse un análisis del costo-beneficio que realice la dependencia, y debiendo contar con un kilometraje mínimo de 150 mil kilómetros o una antigüedad de cinco años.



 


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En el Programa de Racionalidad Presupuestal 2019 de la

UNAM

, se contempla que este año “No habrá adquisición de vehículos, con excepción de los que se destinen a nuevas entidades y/o dependencias y los destinados a las actividades de vigilancia, seguridad y protección civil y operación y mantenimiento de estaciones remotas y trabajo de campo”.



También se señala que “La partida correspondiente para el mantenimiento preventivo y correctivo del equipo de transporte se reducirá hasta en un 15%. Continuará siendo responsabilidad de las entidades académicas y dependencias universitarias el mantener en buenas condiciones físicas y mecánicas los vehículos de la Universidad”.



 

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